jueves, enero 29, 2009

R. TAGORE - EL JARDINERO

9.

Cuando de noche acudo sola a mi cita amorosa
no cantan los pájaros, no se agita el aire,
las casas se encuentran en silencio
a un lado y otro de la calle...

Mis brazaletes tintienan con mis pasos.
¡Y me da una vergüenza!

Cuando estoy inclinada en el balcón,
esperando su llegada sin respirar apenas,
gardan silencio las hojas de los árboles,
el agua del río se detiene y parece
como una espada bruñida entre las piernas
de un guerrero que se hubiera dormido.

Mi corazón enloquecido no para de latir
¡Y no sé cómo callarlo!...

Cuando llega mi amor y se pone a mi lado,
cuando mis manos tiemblan
y el sueño van entornando mis párpados,
la noche se va haciendo más y más oscura,
el viento termina por apagar mi lámpara,
las nubes vigilan el huir de los astros...

La alhaja de mi pecho luce.
¡Y yo no sé cómo apagarla!

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